Las falacias: sofismas y paralogismos.

LAS FALACIAS: SOFISMAS Y PARALOGISMOS


Por: Jorge Arturo Abello Gual

Uno de los temas importantes de la argumentación jurídica, son las falacias. Estas son argumentos que se presentan como verdaderos, pero que son completamente falsos.

Las falacias son el lado oscuro de la argumentación jurídica, es la reproducción de la lucha de Sócrates contra los sofistas en Atenas. Los sofistas decían por una parte, que no importa si lo que dices es verdadero, lo importante es que se escuche bonito. Sócrates por su parte, el padre de la ética, que murió al consumir la cicuta, antes de traicionar sus ideales, rescataba el compromiso de filosofar con la verdad y con ello, lo ético.

Uno puede pensar en las falacias como mentiras convertidas en argumentos, que terminan guiando decisiones a través de esos engaños.

Las falacias se dividen en sofismas y paralogismos.

Los sofismas son argumentos falsos que se hacen con la firme intención de engañar. Como se diría jurídicamente es dolosa, es decir, con la firme intención de causar un daño.

Los paralogismos en cambio, son argumentos falsos creados por negligencia, desconocimiento o imprudencia. En estos casos, alguien lanza una afirmación de la cual no está segura, y luego comprueba de que es falsa.

Las falacias tienden a utilizar creencias, dichos, experiencias, supersticiones para extraer reglas generales, para convertirlos en argumentos, y hacer afirmaciones que no se compadecen con la realidad, ni con la verdad. Igualmente, se citan cifras, hechos, autores para justificar ciertas decisiones, totalmente descontextualizados.

Ejemplos:

El ex presidente Uribe, dice que en Colombia no existe conflicto armado, sino una amenaza terrorista.

El ex presidente Santos, dijo que Colombia iba alcanzar la paz con los acuerdos de La Habana.

Se captura a presunto sospechoso de un hurto, porque pasaba mucho por el lugar donde se cometió, y se supone que todo asesino regresa a la escena del crimen.

Mis hijos se pelearon y castigué al más grande, porque siempre el mayor se complace en hacer sufrir al menor.

Perdoné a mi marido porque no pude sorprenderlo con la amante con las manos en la masa, y la verdad es que ojos que no ven, corazón que no siente.

Ese tipo es culpable, porque no es capaz de mirarme a los ojos.

Dice esa mujer que la violaron, pero no es posible porque es prostituta, y a esas mujeres no se les puede violar.

Le pregunté a mi esposo si tenía una amante, y se quedó callado. Definitivamente el que calla otorga.

Como se puede ver, las falacias son argumentos que pretenden ser verdaderos, pero no tienen suficiente soporte para convencer a las personas, y en su mayoría son rebatibles. Sin embargo, no siempre es tan fácil rebatir las falacias, y su repetición constante hace que parezcan verdades.

1.1.      TIPOS DE FALACIAS

Pueden existir varios tipos de falacias, y pueden existir varias clasificaciones según los diferentes autores, a continuación me permitiré enunciar solo algunos tipos de falacias:

Falacia Ad hominem, que es aquella en la que se ataca a la persona que dice el argumento, y no al argumento. En esta falacia se descalifica a quién da el argumento, más no al argumento. Así las cosas, se pierde de vista los argumentos, las razones y la coherencia del discurso de una persona, para hacer un ataque personal hacia la persona que da el discurso. Así las cosas, se desestima lo dicho por un empleado, por ser empleado; se desestima los argumentos de un político por ser del bloque disidente o minoritario.

Falacia del hombre de paja, esta falacia consiste en exagerar y tergiversar lo que el oponente dice, para ridiculizarlo y desacreditarlo, con una premisa falsa o exagerada, por ejemplo, “los ecologistas preferirían que la gente pariera animales y no personas”.

Falacia del costo hundido, este tipo de falacia las utilizan las personas que han invertido tiempo, recursos y dinero en un proyecto que termina siendo infructuoso, no rentable o desactualizado, y que tratan de exaltar los beneficios y utilidad del proyecto, tratando de engañar a los demás para no perder su inversión. Son personas que se niegan a aceptar que perdieron su tiempo y sus recursos en un proyecto infructuoso, y tratan de salvarlo a toda costa, y con ello, inventan muchos argumentos falsos.

Falacia de apelación a la autoridad, en esta falacia se acude a lo que dice una supuesta autoridad, que dice otra cosa, se tergiversa lo que se dice o sencillamente se inventa lo que se dice, por ejemplo, como dijo Simón Bolívar, el que busca encuentra.

Falacia de equivalencia, es cuando se expresan frases o palabras que dicen una cosa, pero que quieren significar lo contrario, cuando se parte de una sátira o una ironía, en la que se le dice “inocente paloma”, a un criminal comprobado.

Falacia populista, se afirma algo basado en que muchas personas han aceptado un hecho o un producto, sin que signifique que el hecho sea cierto o que el producto sea bueno, por ejemplo, somos el producto más vendido en el mercado, pero ello no significa que el producto sea mejor que otro, solo que es más barato, por ejemplo, y por eso lo compran más.

Falacia a la fuerza, en esta clase de falacia se afirma algo y se refuerza con temor y castigo, si no pagas tus deudas perderás todos tus bienes e irás a la cárcel; si no duermes temprano, no vas a crecer y te vas a quedar enano; hoy nos vamos todos a misa, porque en esta casa se hace lo que yo digo.

Falacia de principio, se hacen afirmaciones basadas en las mismas premisas del argumento, así por tanto, la conclusión es una misma premisa. Ejemplos: “Dios es todo poderoso, porque no hay nadie por encima de él; te estoy diciendo la verdad porque yo nunca miento.”

Falacia de la generalización apresurada, es cuando se lanza una frase que afirma que todas las cosas son de una forma, sin tener en cuenta las excepciones. Así por ejemplo: todos los hombres son iguales, o todas las mujeres son delicadas. Lo más acorde sería, la mayoría de los hombres hacen lo mismo, o algunas mujeres son delicadas.

Falacia del falso dilema, que es cuando se colocan dos opciones a escoger, y verdaderamente existen más. Se busca colocar a las personas para escojan entre blanco y negro, y se descartan otros colores por ejemplo. O estás a mi favor o estás en mi contra.

Falacia de causalidad, en esta falacia se concluye una relación de causa efecto falsa, por ejemplo: “Perdoné a mi marido porque no pude sorprenderlo con la amante con las manos en la masa, y la verdad es que ojos que no ven, corazón que no siente.” Ese tipo es culpable, porque no es capaz de mirarme a los ojos.

 

1.2.      ¿COMO SE COMBATEN LAS FALACIAS?

Para combatir las falacias en una argumentación, se debe primero identificar qué tipo de falacia trata de elaborar la contraparte, así por ejemplo si se trata de una falacia ad hominem, donde se ataca la persona del orador y no el argumento, se debe plantear que el orador no ha dicho nada sobre los argumentos, y que es un discriminador exacerbado (homofóbico, misógino, racista, etc). Identificar el tipo de falacia que está elaborando tu contrincante, permite en el campo lógico y argumentativo, identificar el contra-argumento apropiado para hacerla evidente o desenmascararla.

Se debe exaltar la falsedad de las premisas, la impracticidad del argumento, o la incoherencia del mismo.

Otra forma es tomar nota de cada argumento, y elaborar mínimo tres argumentos en contra.

Desafortunadamente, hacer evidente una falacia va generar una reacción agresiva del contrincante, porque la regla general es toda persona tratará de justificar lo que hace, y a nadie le gusta que lo contradigan, ni que lo pongan en ridículo o que lo llamen mentiroso. Por ello, para atacar una falacia hay que hacerlo elegante y con respeto, tratando de agredir lo menos posible al contendor.

 


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