LAS TRES ARMAS DE UN ABOGADO

LAS TRES ARMAS DE UN ABOGADO.







Las tres armas de un abogado y que tiene que saber utilizar: La argumentación, la negociación y el silencio.

Argumentar es el arma principal de un abogado, por regla general los clientes nos contratan para que hablemos por ellos, para que hablemos en derecho y convenzamos a la contraparte. Es una habilidad que nos enseñan en la facultad de derecho, en cada examen oral o escrito los profesores nos hacen énfasis en la argumentación y en la sustentación de las posiciones. Cómo analizar un caso, y exponer los derechos que están en juego, es la constante en la enseñanza del derecho. Leer doctrina, leer jurisprudencia, resolver ejercicios, nos da siempre las competencias para analizar un caso y tratar de darle una solución.

Hay que tener en cuenta que una cosa es la elocuencia, otra la argumentación en general, y otra, es la argumentación jurídica. La primera (la elocuencia), implica el arte de hablar con propiedad y con convicción, es más una buena actitud o predisposición para hablar en público, sin embargo, se puede hablar con elocuencia, sin tener la razón o afirmar cosas falsas.  La argumentación en general, busca la construcción lógica de los argumentos, evitando la incoherencia, la contradicción y lo falso. La argumentación jurídica, es la argumentación basada en los derechos, no es lo mismo una opinión lógica, o ética, donde se sostenga que la educación para los niños no puede basarse en la violencia, a decir, que los niños tienen derecho a ser tratados con respeto, a ser escuchados y que los padres si bien tiene un derecho de corrección sobre los niños, dicho derecho tiene sus límites, y no puede confundirse el derecho de corrección con el maltrato.

La argumentación jurídica, combina la lógica con el conocimiento jurídico, para crear un argumento que le permita convencer o disuadir a alguien, con el apoyo del derecho, que a diferencia de la ética, es exigible ante las autoridades judiciales.


Negociar, es un arte milenario que implica tratar de llegar a acuerdos entre dos partes, que inicialmente se encuentran en conflicto. El abogado debe saber negociar los términos de un acuerdo, llámese un contrato, una transacción o incluso una decisión judicial. Negociar implica proponer soluciones a un conflicto que permitan el cumplimiento de las obligaciones y los compromisos a futuro. Un acuerdo no razonable es muy probable que no se cumpla y que las partes continúen en conflicto. La idea de una negociación es conseguir beneficios y evitar perjuicios, cediendo y ganando al mismo tiempo, si las partes no encuentran beneficios en el acuerdo pues no el acuerdo no tiene sentido lógico. El abogado debe identificar los beneficios del acuerdo, proponerlos y sustentarlos para convencer a las partes de firmarlo.


El silencio. Dicen por regla general que quien calla otorga, y pues sí, es una regla de la lógica y de la experiencia aplicable en algunos casos, pero no en todos. En una contienda jurídica el silencio es muy importante. Siempre se le ha dicho a los clientes que contesten solo lo que les preguntan, y que no den más información de la que se les pide. Hay situaciones que no tienen nada que ver con el centro de la discusión, hay situaciones que pueden ser mal interpretadas, y hay situaciones que no debe conocer la contraparte, ni la sociedad en general. Si una persona estuvo en la escena de los hechos y vio qué fue lo que ocurrió, no es necesario que diga que en ese momento había dejado a su amante en su casa. El silencio va relacionado con la carga de la prueba, así las cosas, quién alega un derecho tiene que probarlo, y tiene el deber entonces, de conseguir la prueba necesaria para tal fin, así que una de las actitudes de defensa de la contraparte es que si quieres que te reconozca el derecho, pues pruébamelo. En los procesos judiciales, civiles, comerciales y administrativos, las partes y los testigos tienen el deber de decir la verdad, so pena de incurrir en falso testimonio, y para ello, es necesario un buen contrainterrogatorio. Pero en los procesos penales, existe el derecho de no auto-incriminarse, por tanto, el procesado tiene derecho a defenderse, y a decir mentiras sin el apremio de incurrir en falso testimonio, solo que su declaración será sometida a contrainterrogatorio, y el juez deberá confrontarlo con las demás pruebas y bajo el criterio de la sana crítica.

La argumentación, la negociación y el silencio, son tres armas que un abogado debe saber utilizar, algunas las enseñan en las aulas de clase, otras se aprenden en la práctica.




 

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