LA EMPATIA EN EL DERECHO
La empatía es una habilidad necesaria para un abogado, para el ejercicio de su profesión, que implica la capacidad para ponerse en los zapatos de otro, y sentir como tuyo, lo que está sintiendo la otra persona.
Cuando a un abogado asume un caso, se le otorga el poder, que le confiere la facultad de representar no solo los intereses del poderdante, sino hablar en su lugar, y ello implica una tremenda responsabilidad.
En la antigua Grecia, los paters de familia eran los encargados de hablar en nombre de toda su familia, y cuando ellos no tenía el don de la palabra, contrataban una persona experta en la oratoria, que los llamaban Sofistas para que hablaran en su nombre ante la comunidad o ante el ágora. Ese fue el comienzo de nuestra profesión.
Pero para hablar en nombre de una persona, hay que ser empático, y lograr transmitir en su nombre, su posición, sus intereses y sus sentimientos, y para ello, es necesario captar la esencia de su cliente, su drama, su problema, las dudas, las inquietudes, los temores. El abogado por regla general no estuvo en el lugar de los hechos y muchas veces llega cuando ya han ocurrido, de ahí que sea necesario captar bien la información del caso para reconstruirlo y recrearlo para una audiencia.
como lo menciona Rober Alexy en relación con la argumentación, en un debate ideal, se parte de la sinceridad, y nadie puede argumentar mejor, que quien se encuentra convencido de su causa. Así que es importante, comprender muy bien el caso, y para ello, es esencial tener empatía con los clientes para poder captar bien su caso, y recrearlo de la mejor forma ante una audiencia, y con el convencimiento que se requiere.
Un abogado sin empatía, no logra captar fácilmente a los clientes, pues no logra hacer que el cliente confíe en él, y le otorgue un poder para representarlo, pues si el abogado no se pone en su lugar, no se va a sentir defendido por éste. En muchas ocasiones, en la entrevista inicial los abogados no escuchan a su cliente, y comienzan a juzgarlo o regañarlo, el cliente se va con la sensación, de que si su abogado es el que lo está acusando, pues no lo va defender, es un pensamiento que se le deja al cliente en la mente, para qué enemigos, con semejante amigo o más bien, si este es el que me va a defender, no me imagino a quien me va a juzgar.
El abogado no solo tiene que ser empatico con su cliente, sino también transmitir empatia. Debe generar la mayor empatia posible hacia su cliente de parte de la audiencia, por eso debe definir una estrategia en la que su cliente es el que tiene la razón, o no se vea tan malo, tan despreciable, pues ello, también influye mucho en la decisión o en la gravedad de la sanción.
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