Una forma elegante de entender el litigio
El abogado recibe la información de su cliente, con absoluta confidencialidad como se lo ordena el secreto profesional. Sin secreto, no se podría ejercer el derecho de defensa, que significa el derecho de toda persona a ser asistido por un abogado, que en materia penal siempre será obligatorio.
La relación de confianza entre el abogado y su cliente comienza con la respuesta a la pregunta ¿Qué fue lo que pasó? y el cliente responde a veces con la verdad, a veces pretende engañar al abogado. El abogado trabaja con lo que le da el cliente, en ocasiones no importa si le cree o no, lo importante es crear una versión lógica del caso, y encontrar las pruebas para soportarla.
Un caso es una tragedia humana, en la cual se mezclan intereses, sentimientos, emociones y frustraciones, donde el cliente busca soluciones que él hasta ahora no ha encontrado. El abogado analiza, estudia y trata de dar la solución más acertada dentro de las posibilidades jurídicas y fácticas. Sin embargo, hay ocasiones en que la solución es aceptada por el cliente, pero en ocasiones, el cliente solicita otra solución. Hay veces el abogado puede plantear otras opciones, pero hay casos que no tienen muchas opciones.
Es muy importante para brindar una buena asesoría dar una solución racional, lógica, práctica y conveniente. Es bueno contar con una segunda opinión en casos difíciles, la experiencia y la práctica son fundamentales para dar una buena respuesta. Hay veces que la opción correcta, no es la más práctica, o es la más demorada. El trabajo de un abogado consiste en dar una solución que le ahorre al cliente tiempo y dinero. Los clientes buscan soluciones, o de lo contrario lo harían ellos mismos. En otras ocasiones no buscan soluciones, sino ejecuciones, es decir, saben lo que quieren, saben lo que necesitan, pero no han escogido el mejor camino para hacerlo y están atorados.
Gestión es una palabra clave. No es solo conocer, sino gestionar cada trámite de la forma más eficiente para alcanzar los resultados. En el caso de un abogado, la gestión que realiza debe ir dirigida a buscar un resultado favorable para el cliente, sin embargo, su gestión es de medios y no de resultados.
La mayor frustración de un abogado consiste en realizar una gestión y que sus resultados dependan de otras personas, como los jueces y funcionarios, que a veces no responden al derecho, sino a otros intereses, y además, también se equivocan. Por ello, una parte importante del trabajo de los abogados consiste en presentar recursos para rebatir las decisiones en contra, que profieren los jueces o los funcionarios en los procedimientos. Redactar buenos recursos es un arte, pues requiere señalar el error de la decisión, su demostración y su argumentación. Los recursos implican un enfrentamiento inevitable en contra del estamento (juez o administración pública), el de reposición se presenta ante el mismo funcionario que profirió el acto, sin embargo, es el más difícil pues es difícil que un funcionario se retracte de una decisión tomada, y el de apelación, que busca que el superior revise la decisión desde una posición más objetiva. El recurso posterga en tiempo la resolución de la gestión, y como dije antes, es un arte, pues interponerlos, no te garantiza, sino una posibilidad de que se revierta la decisión contraria, y que no quede ejecutoriada. Una mala sustentación del recurso, donde no se entienda, o no se determine bien los errores de la decisión, así como las pruebas que evidencian los mismos, garantiza un fracaso de la gestión, que solo salvaría un funcionario de segunda instancia acucioso, justo y recto, que busque la justicia por sí solo en cada caso, pero ello tampoco es la regla general, pues se ha consolidado la idea de que la justicia es rogada. En todo caso, si hay que advertir que los abogados deben mantener la técnica de su profesión, pues de lo contrario no sería necesario contratarlos.
"El abogado transforma la vida en lógica", es una buena frase que explica el gran trabajo de un abogado:
Primero: Escuchar atentamente al cliente.
Segundo: Organizar las ideas, las pruebas e investigar y buscar lo que haga falta.
Tercero: Diseñar una estrategia que sea favorable a los intereses del cliente.
Cuarto: Narrar con lógica una historia creíble y razonable en la demanda.
Quinto: Ejecutar la estrategia.
Sexto: La lógica también incluye adelantar el procedimiento a seguir.
Y por último, el juez transforma la lógica en la justicia, esta frase revela el fin de la justicia. Es deber del Juez hacer justicia, y debe darle la razón a quién la tenga, desafortunadamente no siempre pasa, y por muy variados factores que se distancian del Derecho, como la mala preparación, los errores de las partes, la corrupción o el fraude (engaño).

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